Cada semana un participante deja atrás la competencia, sin embargo la presión alcanza niveles altísimos entre los que quedan en ruta a la final.
Cada sábado, la expectativa aumenta mientras se reduce el grupo de semifinalistas que esperan convertirse en la nueva estrella de la música de la cuarta edición de “Objetivo fama”.
Anoche no fue la excepción y entre la incertidumbre que reinó a lo largo de la velada se llevó a cabo la duodécima gala, que transcurrió cargada de emociones y finalizó como una novela romántica.
La noche inició con mucha energía al ritmo del reguetón de Héctor “El Father”, luego de cuya interpretación los concursantes se pusieron de pie para recibir la noticia del primer salvado, que resultó ser José.
En su ejecución de ‘Sexo, pudor y lágrimas’, el joven no recibió las mejores críticas por parte del jurado formado por Hilda Ramos, Roberto Sueiro y Fernando Allende. Según Ramos, “se mostró muy relajado y le faltó entrega en el escenario”.
La segunda en permanecer en la contienda fue Frances, quien amenizó con el merengue ‘Entre la noche y el día’ de Olga Tañón. Su interpretación tampoco fue del agrado del panel de jueces.
Nat fue la tercera afortunada en permanecer una semana más en competencia, aunque su nombramiento provocó cierto asombro entre el público.
El cuarto concursante en ser llamado fue el puertorriqueño Víctor. En esta ocasión, tras entonar ‘Maldita la suerte’, Sueiro le auguró que “vas a tener que agradecer al público por convertirte en un finalista”.
La tensión aumentó cuando aún restaban tres talentos en tarima. El quinto salvado fue Iván, dejando a Juan y a Erica esperando por la decisión final. Esta última no pudo contener el llanto y al regreso de la pausa se mantenía agarrada de manos con Juan, con quien mantiene una relación sentimental.
Iván recibió la primera ovación de la velada al cantar ‘Todo se derrumbó’. “La voz de Objetivo fama”, como ha sido nombrado por los jueces, recibió una de las mejores críticas. Para Ramos “las palabras están de más. Estuviste excelente”.
Erica, al parecer, sospechaba que sería la próxima en abandonar la competencia. Y su instinto no le falló.
Tras escuchar su nombre, la mexicana se confundió en un fuerte abrazo con Juan, quien a pesar de la tristeza se ganó la segunda ovación de la concurrencia y del jurado.
El cierre de la duodécima gala estuvo en manos de Erica con el tema ‘Simplemente amigos’.
En medio de su presentación, Juan la acompañó en el escenario y entre abrazos, besos y llanto finalizaron la que posiblemente ha sido hasta ahora la más emotiva de las galas.
Por Leira E. González / Especial El Nuevo Día
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